A la hora de comenzar a buscar un teléfono móvil, son muchas las cosas que solemos o debemos mirar. Aquí entran en juego las prioridades de cada usuario, puesto que no todos buscamos lo mismo en un dispositivo. La pantalla o la cámara suelen ser dos de las máximas preocupaciones por norma general, pero hay otra que también suele hacer mucho ruido a la hora de elegir un dispositivo u otro: la potencia del mismo.
El procesador de un teléfono móvil tiene mucho que decir. En el caso de los dispositivos Samsung, podemos encontrar varios fabricantes en los mismos, como Qualcomm, MediaTek o la propia Samsung con sus Exynos. Precisamente os vamos a hablar de dos de estos Exynos, unos procesadores que son casi hermanos y donde, por una vez, la potencia no lo es todo.
La potencia bruta de una CPU no siempre es lo más importante
Para comenzar, lo primero que toca es hablar del primero de estos dos procesadores, el Exynos 2400. Esta CPU es la que alimenta tanto al Galaxy S24 base como al Galaxy S24+, no así al modelo Ultra (que viene con el Snapdragon 8 Gen 3). El procesador vino a coger el testigo del Exynos 2200, y lo hizo con un aumento considerable en lo que a rendimiento se refiere.
Si hablamos de números concretos, el Exynos 2400 tiene 14,7 veces el rendimiento de la NPU del Exynos 2200. Se trata de un salto muy grande, especialmente si lo ponemos en el contexto actual. Las funciones de inteligencia artificial y de Galaxy AI consumen muchos recursos en el teléfono, y tener más potencia en ese sentido es necesario.
Ahora bien, toca poner en la misma tarima a su hermano menor, que lleva muy poquito con nosotros. El Galaxy S24 FE viene con el Exynos 2400e bajo el capó, un procesador que tiene más similitudes que diferencias con respecto al SoC de los Galaxy S24 y Galaxy S24+.
Tal y como podemos leer en este artículo de Android Authority, la principal diferencia entre ambos procesadores es que el Exynos 2400e es un poco menos potente que el Exynos 2400. Concretamente, el 2400e tiene una frecuencia de reloj de 3,1 GHz, habiendo únicamente entre los dos 100 MHz de diferencia (puesto que el Exynos 2400 tiene una frecuencia de 3,2 GHz).
En este sentido, hay que reconocer obviamente que el SoC del S24 es más potente que el del Fan Edition. Ahora bien, esta diferencia de rendimiento, en la práctica, es imperceptible para el usuario. Obviamente, sí que puede haber alguna diferencia en las bases de datos como Geekbench, pero esta es mínima.
Hasta ahí las diferencias negativas, porque también las hay positivas. Una menor frecuencia de reloj implica dos efectos muy positivos de cara al usuario: un aumento de la duración de la batería y una gestión más eficiente de la temperatura. En este sentido, podemos decir que pese al 'recorte' del procesador, la decisión de Samsung de incluirlo en su nuevo Galaxy S24 FE ha sido muy acertada.
Por todo ello, la inclusión del Fan Edition en la gama Galaxy S24 es muy interesante. Es cierto que tiene algunos recortes en ciertas áreas para abaratar su precio, pero el hecho de ofrecer un procesador prácticamente igual que sus hermanos mayores con el plus de autonomía es sin duda un elemento de peso que merece la pena considerar.
Imagen | Samsung
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