Cuando se trata de lavar las toallas, mucha gente prefiere hacerlo a bajas temperaturas porque ahorra energía y cuida mejor el tejido. Pero la realidad es que esto tiene algunas desventajas. No solo afecta a la durabilidad de las toallas, sino que tampoco es lo ideal cuando hablamos de higiene.
Lavar a altas temperaturas tiene una razón de peso: las toallas salen de la lavadora libres de bacterias. Así que, lo mejor es que conozcas bien todos los detalles antes de decidir cómo lavarlas.
Lavando a bajas temperaturas no se eliminan todas las bacterias
Según informa Elizabeth Scott, catedrática de Biología y codirectora del Centro de Higiene y Salud en el Hogar y la Comunidad de la Universidad Simmons de Boston, las bacterias "no se encuentran de forma natural en las toallas. Cualquier cosa que nos cause daño en una toalla es probable que proceda de un humano". Esto las convierte en un entorno propicio para que aparezcan bacterias.
Por eso, al lavarlas a temperaturas inferiores a 40 grados, no se consigue eliminar de manera eficaz microorganismos como Staphylococcus aureus o Escherichia coli, los cuales pueden ser causantes de infecciones y malos olores.
Lo más recomendable es lavar las toallas en nuestra lavadora Samsung a una temperatura de entre 40 y 60 grados, además de utilizar un programa largo para así proteger el tejido.
Otra de las razones para no lavar a temperaturas bajas nuestras toallas es que a esas temperaturas no eliminan correctamente los residuos de jabón o suavizante, haciendo que con el tiempo pudiera aparecer mal olor y hacer que las toallas pierdan su calidad.
Aunque hay una creencia de que lavar a temperaturas más bajas hace que se prologue la vida de las toallas, realmente no es así, ya que la acumulación de residuos de detergente y las bacterias que quedan en el tejido pueden hacer que las fibras se endurezcan y acaben estropeándose con mayor facilidad.
Lavar a bajas temperaturas ayuda a ahorrar energía en la lavadora, pero si no desinfectamos bien las toallas, habrá que lavarlas con más frecuencia. Al final, esto genera el efecto contrario: más consumo de electricidad y agua.
También la frecuencia de lavado es importante, según indica Sally Bloomfield, médica experta en higiene del hogar. "Es mejor lavarlas con frecuencia a baja temperatura que una vez cada tanto a temperatura elevada". La experta asegura que lo mejor sería lavar las toallas al menos una vez a la semana.
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