En los últimos años, dos de los principales titanes en el sector de las consolas, Sony y Microsoft, han lanzado nuevas consolas. Sin embargo, les ha costado competir con Nintendo Switch, consola que llegó a las tiendas allá por 2017. Precisamente por esto, ayer la compañía japonesa volvió a reventar Internet al presentar, de forma oficial, su sucesora: Nintendo Switch 2.
Como jugón que soy, estaba esperando este primer vistazo desde hace bastante tiempo. Sin embargo, tengo que reconocer que me quedé muy frío con lo que pude ver en el vídeo (justo debajo de estas líneas). La razón de ello es muy sencilla: por mi forma actual de consumir videojuegos, veo mucho más práctico exprimir mi Samsung Galaxy que invertir en la nueva consola de Nintendo.
La nube y la versatilidad de mi Galaxy, las principales razones
El gran éxito de Nintendo Switch se asienta en dos pilares muy claros: un catálogo de juegos exclusivos con auténticas joyas y sus posibilidades híbridas. Esto último es algo que otras compañías han intentado emular a su manera, como es el caso de PlayStation Portal para Sony. Sin embargo, para ello hay que hacer un desembolso adicional, puesto que Portal es un dispositivo independiente, algo que no ocurre con la consola de Nintendo.
En este punto, la única información oficial que tenemos de Nintendo Switch 2 es el mencionado tráiler. En base al mismo, y dejando a un lado las especificaciones técnicas que no sabemos más allá de las filtraciones, los puntos clave de la nueva consola son una pantalla más grande, controladores de mayor tamaño (y con la posibilidad de usarlos como si fueran un ratón de PC) y un dock mejorado. Con todo esto en la mano, ¿merece la pena lanzarse a por ella? En mi caso, no.
Tengo una Nintendo Switch estándar, y puedo contar con los dedos de ambas manos las veces que he usado la consola con su dock. El hecho de poder jugar donde quiera a todo el catálogo de la consola es lo que más me gusta de ella, y tengo casi todos sus exclusivos para jugarlos de esta forma. De hecho, hago un uso muy parecido con el resto de plataformas, pero siempre usando mi Galaxy S24 Ultra como si de una consola se tratara.
Servicios como Xbox Game Pass o NVIDIA GeForce NOW (o incluso la nueva app de Razer) hacen que podamos disfrutar de los mejores juegos triple A en un teléfono móvil, independientemente del hardware del mismo. Esto es algo que me parece una fantasía, especialmente para un jugador como yo que lleva más de 25 años disfrutando de los videojuegos.
Todo lo anterior ya os puede hacer un dibujo mental de mi perfil de jugador. Disfruto casi todo el tiempo de juego portátil, la mayoría del tiempo con mi Galaxy S24 y solo cojo Nintendo Switch para sus exclusivos. Cuando quiero una experiencia más tradicional, me paso al PC y utilizo el combo teclado-ratón o el mismo mando Bluetooth que tengo para el móvil. Con todo junto, no encuentro un motivo de peso que me lleve a hacer un desembolso por lo nuevo de Nintendo.
El único pilar que me quedaría para tirarme a por ella sería el de los juegos exclusivos, aunque es más que probable que la consola no tenga demasiados de lanzamiento. No dudo del potencial de Nintendo Switch 2 (es más, seguro que vuelve a ser la reina del sector una vez más), pero ahora mismo me basta y me sobra con mi Galaxy S24 si quiero jugar de forma portátil.
Imagen | Nintendo
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