Disfruto mucho en mi tiempo libre delante de la televisión, ya sea viendo cine (también series) o jugando a videojuegos. La calidad de imagen de la misma es importante, pero no por eso podemos descuidar otro elemento que puede cambiar por completo nuestra experiencia: el sonido.
Para disfrutar de más potencia sonora, me decanté por una barra de sonido Samsung. Su instalación es supersencilla, y gracias a ella da la sensación de que tengo una pequeña sala de cine en casa. Cuando la instalé, lo hice usando un cable óptico. Resulta que esta no es la mejor de las ideas, y justo a continuación os cuento por qué.
El cable óptico ha perdido mucho peso frente al HDMI
El cable óptico es un estándar que se popularizó mucho durante los años 90, junto al auge del DVD. Este conector utiliza la luz para transmitir datos (en este caso, de audio), lo que evita que haya ningún tipo de latencia o interferencia, algo que nos puede indicar que, en realidad, se trata de una gran opción. Todas las Smart TV de Samsung (sean modernos o no) ofrecen este tipo de conector para que los usemos con sistemas de audio como las barras de sonido, aunque ya que estamos en pleno siglo XXI, quizás es mejor optar por una alternativa.
El principal problema de este tipo de cables es que lleva demasiado tiempo sin ser actualizado por los fabricantes. A día de hoy, los cables ópticos no soportan alguno de los códecs de audio más populares, como es DTS:X o incluso Dolby Atmos. No solo eso: tampoco soportan ningún tipo de protocolo de vídeo ni protocolos CEC.
Ya esto nos indica que este tipo de conexiones tiene limitaciones, pero estas son más evidentes si la comparamos con el HDMI, que es actualmente la conexión estrella. El HDMI actual ofrece una conexión mucho más completa y rápida que la que da el cable óptico. Su última versión, el HDMI 2.1, tiene un ancho de banda de 48 Gbps, muy superior al cable óptico.
No todo es la velocidad. El HDMI también soporta todos los tipos de códecs actuales, algo que hace pasando la señal de vídeo que acompaña al audio de forma simultánea. De esta forma, también podremos disfrutar en un solo cable de otras tecnologías importantes como Dolby Vision, HDR10 y HDR10+.
A la hora de jugar, el cable HDMI gana por goleada al cable óptico. Este tipo de conexión es compatible con las tecnologías gaming más importantes, que son FreeSync o G-Sync. Todo ello, sumado a lo anterior, es indicativo de que debemos abandonar el cable óptico con nuestra barra de sonido, y apostar, sin dudarlo, por el HDMI.
Vía | AVPasión
Imagen | Samsung
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